Estos 5 mitos de salud bucal te están haciendo cometer errores

¿Te estás dejando llevar por información falsa? ¡Cuidado! tu salud dental puede estar en riesgo. Aquí, nuestros especialistas desvelan la verdad:

Si no como azúcar, no me pueden salir caries: 

¡Falso!

Es verdad que el azúcar es el aliado número uno de las caries. Sin embargo, no porque no la consumas significa que estás libre de padecer caries. Cualquier resto de alimento, sea dulce o salado, que permanezca en los dientes por tiempo prolongado alimenta a las bacterias que producen las caries. Por eso el lavado de dientes mínimo dos veces al día es fundamental.

Los dientes de leche no son importantes, ya que tienen reemplazo:

¡Falso!

Imaginemos que un diente de leche se cae por estar en mal estado mucho tiempo antes de que corresponda salir el definitivo. Ese tiempo pasará y el espacio se irá cerrando provocando problemas de mordida y el diente nuevo no tendrá dónde posicionarse.

El hilo dental es fundamental para la higiene bucal:

¡Completamente verdadero!

Si crees que con solo cepillar tus dientes es suficiente, te contamos que estás equivocado/a. Esos restos de comida entre los dientes sólo los podrás derribar usando hilo dental todos los días.

El embarazo provoca la pérdida de dientes:

Medianamente verdadero.

Es común que por un tema hormonal, las encías estén más sensibles y la mujer esté más susceptible a padecer de enfermedad periodontal. Por eso es que en este período las mujeres deben ser aún más rigurosas con su salud dental, y de no realizarse chequeos y limpiezas con su odontólogo, podría enfrentar el riesgo de perder dientes si la enfermedad periodontal avanza sin control. Pero, en ningún caso, significa que todas las mujeres embarazadas van a sufrir de pérdida dentaria.

La mala salud dental se hereda:

Medianamente verdadero.

Seguramente haz escuchado alguna vez que “mis dientes feos los heredé de mi papá/mamá”, o “nunca me tuve que poner frenillos porque heredé buena dentadura”.

Bueno, la verdad es que lo que sí se hereda es el espacio, tamaño y alineación de los dientes. Por ejemplo, un hijo/a puede tener dientes grandes y con falta de espacio en sus maxilares si alguno de sus padres también los tiene así. Sin embargo, lo que no se hereda son los dientes en mal estado. Las caries, dientes manchados, sangrado de encías, entre otros, son factores absolutamente externos (nada que ver con el ADN) que guardan relación con el cuidado e higiene bucal. 

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